La Disciplina del Comentario de Textos - La Disciplina del Comentario de Textos


La Disciplina del Comentario de Textos

La palabra método significa procedimiento, una serie de pasos para conseguir un determinado fin. Pero su etimología está más próxima a lo que significa la palabra “tao”: Un camino. Hay diferentes maneras de entrar en un camino. Hay una manera procedimental, pero hay otra manera que no lo es. Hay un salir a caminar que es estar abierto al encuentro. Tal vez como “método” se convirtió en “procedimiento”, Lacan no llama siempre a su forma de lectura de esta manera. El nombre propio que le da es “Disciplina del comentario de textos”. Es una disciplina en la que uno se va abriendo su propio camino, pero sabemos que las elecciones que hacemos están determinadas. Somos ingenuos del inconsciente, sabemos que aparte de la voluntad que tenemos, hay siempre otra cosa que puede aparecer, entorpecer y que puede hacer cambiar las cosas de pronto, hacer que aparezca una novedad.

La disciplina del comentario de textos es entonces la manera como los psicoanalistas nos relacionarnos con el saber. Es un materialismo del significante en el cual el texto funciona como causa de elaboraciones, de material. Ponemos al texto en el lugar de interpretarnos a nosotros. Constituye una de las patas del trípode de la formación del psicoanalista junto con la supervisión y el análisis personal. En los “Principios del Acto Analítico” se le llama formación teórica para-universitaria.

En la disciplina del comentario de textos se actualizan los cuatro conceptos fundamentales pues el material que se produce sorprende al mismo sujeto con la emergencia de su inconsciente; implica el lazo amoroso con la comunidad psicoanalítica mediante una transferencia; la lectura que se realiza está prisionera de los mismos determinantes significantes que fijan en la propia repetición, de modo que conforme se avanza en su análisis, el sujeto podrá leer los textos con mayor libertad, sabiendo sus determinaciones puede leer los textos sin un sentido prisionero. Abrirse camino de otra manera en la lectura, nunca una libertad total, sino una mayor libertad, relativa a los elementos determinantes de la propia constitución; y finalmente no se excluyen los efectos de goce en el cuerpo cuando el encuentro con la letra toca las configuraciones gramaticales de las pulsiones.

Además en la disciplina del comentario de textos encontramos los aspectos clínico, epistémico y político de la formación psicoanalítica. El aspecto clínico, pues leer de este modo tiene efectos en la propia posición como analizante y como psicoanalista, efectos de formación; el aspecto epistémico porque más allá del progreso en el manejo de las fuentes, se producen modificaciones en los modos de vincularse con un saber cada vez más rebosante, Lacan en Función y Campo de la Palabra y del Lenguaje en Psicoanálisis llama a esto el “muro del lenguaje”…  y no había llegado a ver toda la producción cultural que hay por ejemplo en YouTube, donde todos los días se producen muchísimos días de videos; finalmente en el aspecto político porque tiene como orientación no la consecución de un aprendizaje o una maestría sobre una técnica, sino la constitución de las condiciones subjetivas para la producción de un acto, el aislamiento de un principio que permita orientarse frente a lo real. Esto difiere con cualquier otro uso de la lectura que pueda hacerse. La orientación es la separación de una situación entrópica o la organización del sujeto frente a lo contingente.

Como el discurso psicoanalítico es reciente, no es de extrañar que haya tenido que hacer emerger un tipo de relación con el texto diferente a lo que existía hasta ese momento. Las aproximaciones al saber que produce difieren de las que son típicas en la universidad, de las cuales citaremos dos: una es la manera explicativa, encontrar la causa de las cosas, una causa sin sentido, matematizada, no final sino eficiente.

La otra manera es la comprensiva. La Verstehen es un invento del romanticismo alemán que en las ciencias sociales se articula con Weber en la tradición de Dilthey y pasa por Gadamer y Hanna Arendt. Es una respuesta a la dimensión causal explicativa del saber en la cual se reivindica una diferencia substancial de lo humano. Para la Verstehen, como el ser humano es capaz de sentido, de dotar de significado, no se puede estudiar de la misma manera como se estudian las ranas, los rayos, las piedras, los planetas, que no dotan de sentido lo que les sucede. Weber plantea una complementariedad entre la explicación causal y una revisión que incorpora la vertiente comprensiva donde el sujeto que investiga no está excluido del saber que está produciendo porque él es quien interpreta y se usa a sí mismo como instrumento de investigación, por los efectos que sobre él, sobre los efectos que su capacidad de para dotar de sentido, tiene su relación con las cosas que está investigando, que son propias de los seres humanos como la cultura o la sociedad.

Tenemos así los dos grandes maestros de las ciencias sociales que son Weber y Durkheim. Este último por la vertiente explicativa, "Hay que tratar a los hechos sociales como si fueran cosas" y Weber por la vertiente comprensiva que es "hay que comprender la acción social", es decir, hay que entender cómo los agentes dotan de sentido a la acción social. Estas dos formas de lectura degeneran en la actualidad en lo “cuantitativo” y lo “cualitativo”.

A diferencia de estas maneras de leer, cuando hacemos disciplina del comentario de textos hacemos una apuesta, no solamente no sabemos a dónde vamos a llegar, sino que tampoco en qué nos vamos a convertir. El problema aquí es lo que para uno constituye encuentro. En el psicoanálisis no es que yo interpreto como sujeto, incluyendo la posibilidad de utilizarme a mí mismo como instrumento de investigación, sino que me hago interpretar, en el sentido diferente, irónico, que tiene esa palabra en psicoanálisis. Más que dotar de sentido se trata de hacerme traumatizar por el texto, encontrarme en problemas con los problemas que plantea el texto y devolverle esos problemas para que responda a las preguntas que él mismo me ha causado.

No es la posición de un aprendiz, es una puesta a prueba tanto de mi posición de sujeto como del texto que estoy leyendo. La posición de alguien que se hace responsable de los efectos de este encuentro traumático. El texto debe responderme a mí por los problemas que me estoy planteando en mi actualidad, y si no, se abre el camino de la invención. Esto puede extenderse desde un texto hasta una catedral, a algo que sucede en la sociedad, algo de la política. El psicoanalista está formándose siempre como lector. El analizante se forma como un lector de su inconsciente, pero lo que da el paso como psicoanalista es un lector de algo más allá de esto. Lo que toma posición como miembro de una escuela es un lector de lo que está pasando en su sociedad. Un lector ávido, despiadado consigo mismo y con lo demás. Es el texto entendido como una textura de los significantes que no se están quietos sino que se deslizan, como dice Lacan en La Conferencia de Milán.

Como sujeto del inconsciente estoy sujeto a esos efectos y estoy conminado a recogerlos para hacerme responsable por ellos, así como pasa con mis lapsus, olvidos y actos fallidos. Lo que se produce en el encuentro con un texto tiene ese mismo estatuto. Esto sucede de una manera análoga pero no idéntica a la interpretación en el dispositivo analítico, de manera que es imposible que la práctica de la disciplina del comentario de textos sustituya la experiencia psicoanalítica propiamente dicha… ¡y sin embargo cuántas veces no llevamos a nuestro análisis los efectos del encuentro traumático con algún texto o con algún otro producto de la cultura que tiene este estatuto para nosotros!

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