Hay de lo Uno como primicia de lo que vendrá. Ese-uno es
prenda del sinthome y prueba de que hay un real.
Partamos de las siguientes cuestiones:
- La política es avalar el significante nuevo cada vez que emerge (Omaira Meseguer).
- El significante nuevo es lo que urge en la urgencia de la que nos habla Lacan en el Prefacio.
- El trabajo analizante se realiza en su producción de dicho significante nuevo, cuyo fundamento económico es el intercambio del goce del síntoma por el placer que produce el trabajo analítico.
- La posición del analista consiste en ponerse a la espera y su acto en crear un vacío donde este significante nuevo pueda escucharse y emerger.
De ahí en el quehacer concreto del psicoanalista se deriva
que:
- La urgencia del significante nuevo puede aparecer en exceso o en defecto, de ahí que el analista maniobre para mantenerlo dentro de unos límites que hagan posible el trabajo del analizante.
- El corte avala el significante nuevo en el enunciado del analizante mediante la enunciación del analista. Lo cual tiende a experimentarse como una privación por parte del analizante.
- La interpretación avala el significante nuevo en la enunciación del analizante, vía el enunciado del analista. Lo cual tiende a engendrar sentido por parte del analizante.
Privar de la comprensión o engendrar un poco de sentido, es
el precio que hay que pagar para resaltar cada vez el significante nuevo que da
la pista del real del hablante, por lo cual Lacan dice que en su práctica debe
deslizarse constantemente entre la transferencia negativa y la positiva. Sin
embargo, el resaltar el significante nuevo demuestra ser la única manera
concebible de orientarse por el sinthome aun desde las entrevistas preliminares,
al constituir mediante los cortes e interpretaciones la serie de los sonidos y
los silencios que van escribiendo la partitura del tema propio de un hablante,
lo que llamamos su fantasma.
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