viernes, 2 de noviembre de 2018

La Invención del Individuo






En el rastreo que hacemos de las condiciones de emergencia del psicoanálisis a finales del siglo XIX, el recorrido hasta ahora nos ha llevado desde los inicios de la modernidad, la invención del método científico, la emergencia del individuo moderno, el fin de las guerras de religión, la transmutación del valor del individuo que era visto como un castigo y pasa a convertirse en un ideal

De ahí nos fuimos a la articulación de la responsabilidad individual con la cuestión política, del derecho del uso de la palabra y del deber de usarla en el texto “Respuesta a la pregunta ¿Qué es la ilustración?” de Immanuel Kant (1). Este individuo está llamado a abandonar su minoría de edad, entendida como falta de coraje para servirse de su uso de la palabra. Está en el corazón del desarrollo de la democracia moderna, la división de los poderes, de la noción de representación.


Pero simultáneamente con la eclosión política de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, un movimiento cultural prende fuego a ambos lados del Atlántico, resignificando el grito de “¡Libertad!”. Se trata de El Romanticismo.

Este movimiento cultural, con amplia conciencia de sí mismo, reinterpreta la historia. Ya no es una edad media entre la primera y la segunda venida de “El Salvador”, ni la historia de la caída del ideal clásico vuelto a desempolvar para restituirlo en el cierre definitivo del ahora.

El Romanticismo es sobre todo un elogio de lo grotesco, una puesta en cuestión del individuo en su carácter de autonomía y de indivisibilidad, una revuelta estética contra el sujeto cartesiano, una denuncia de los efectos de la segunda revolución industrial. En fin, es una mirada hacia la historia que introduce el drama de la pérdida del objeto bajo los ropajes del origen, de lo auténtico, de lo simple.

El psicoanálisis no es un movimiento romántico, ciertamente, porque no cree que sea posible la recuperación y su noción del inconsciente, como dice Lacan, procede de lo lógico puro. Pero durante el siglo XIX se estaba gestando la idea de que antes de la historia había habido algo que se perdió, que el individuo no es sólido, que tiene pasiones y tradiciones que lo gobiernan sin que se dé cuenta. De ahí al extravío colectivizante del siglo XX hay un paso. Pero también lo hay al derecho inalienable de cada uno a ser no sólo libre, sino también feliz y a encontrar la alegría en lo cotidiano. Pues El Romanticismo es también una asunción de esa parte del individuo que no se somete a la razón, y un reconocimiento de que lo feo y lo malo forman parte integral de la vida y tienen en ella un papel qué jugar.

Los invito a continuar hurgando para encontrar las condiciones que hicieron posible la emergencia de nuestro discurso. Durante este semestre estaremos comentando el texto "Prefacio de Cromwell" de Victor Hugo (2), que se convirtió en el Manifiesto Romántico por excelencia.

Primeros y terceros viernes de cada mes, a las 13h en la sede Bogotá de la NEL.

(1) Kant. Respuesta a la pregunta ¿Qué es la ilustración? https://geografiaunal.files.wordpress.com/2013/01/kant_ilustracion.pdf
(2) Victor Hugo. Prefacio de Cromwell http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/12473953214592739787891/p0000001.htm#I_2_

Imagen: La miseria (1886). Cristóbal Rojas.
Galería de Arte Nacional. Caracas, Venezuela







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