Genealogía
Tomaré tres elementos del texto de Michel Foucault
“Nietzsche la Genealogía y la historia”. La genealogía era la manera de algunos
filósofos de referirse a un modo de preguntarse por el origen de las cosas.
Buscar desde dónde había partido una práctica o una virtud. Nietzsche, en
respuesta a esto, titula uno de sus libros “La Genealogía de la Moral”, ahí
comienza criticando la posición de Paul Ree que ve en la utilidad el origen de
la moral, lao cual era una de las maneras habituales de pensar en el siglo XIX,
la idea de que el concepto de bien viene de lo que es útil a la sociedad o al
individuo. Esta idea fue profundamente subversiva y contribuyó a la
relativización de los universales que comenzó a masificarse luego de la segunda
guerra mundial.
Nietzsche va en contra del utilitarismo, dándole a la
genealogía un sentido totalmente diferente. La genealogía no sería encontrar el
origen, sino “percibir la singularidad de los sucesos fuera de toda finalidad
monótona” (FOCAULT, 2018) . Esto es lo que
hacía Foucault. Se iba al desarrollo del castigo y de la pena y escribe
“Vigilar y Castigar”; se va a cómo cambió la medicina a comienzos del siglo XIX
y es despliega “El nacimiento de la clínica”; Se va a cómo aparece la noción de
loco, desde de los barcos que navegaban por el Sena repletos de toda clase de
gente que estorbaba en la sociedad hasta cómo se van constituyendo los
dispositivos psiquiátricos, los sanatorios, y cómo se empieza a clasificar esta
nueva clase de “enfermedad” y produce “La Historia de la Locura”.
Nos detendremos entonces en la oposición que hace Foucault,
leyendo a Nietzsche, entre el origen por una parte y la procedencia y la emergencia
por la otra. La consigna que él propone, su camino, consiste en hacer un
esfuerzo por ir a contrapelo de la tendencia a encontrar un sentido y un
origen, para ir a buscar la fuente o procedencia y la emergencia de los
fenómenos. Estos consisten en puntos en los cuales no hay una continuidad y un
punto de vista desde el cual se pueda captar cómo de una lenta evolución
aparece una nueva idea, sino que son puntos de ruptura, de discontinuidad; en
suma, volver a la pequeñez de la que emergen las cosas. Por ejemplo, en el
momento freudiano, cuando Freud decide dejar de hipnotizar. No lo hace de un
solo golpe como un momento de inspiración genial. Comienza escuchando a Breuer
sobre el deshollinamiento y la talking
cure de Ana O. Escucha los chistes que cuentan sus compañeros y colegas en
los pasillos de La Salpêtrière. Mantiene la mano en la frente durante un
tiempo. No hay origen glorioso, está el cambio de una práctica, cómo emerge lo
que hacemos hoy, si es que es eso lo que hacemos hoy.
Para nosotros los psicoanalistas, se trata de una disciplina
que tiene más de cien años y que por lo menos en la época de Freud sufre dos
grandes rupturas internas, propiciadas por el mismo Freud. Luego a partir de
los años 50, por lo menos dos grandes rupturas más causados por la enseñanza de
Lacan.
Miller, que está formado en historia de las ideas, trata de
articula esas discontinuidades, contra la idea de que hay un origen y un
desarrollo. Es desde allí que se puede captar qué de lo anterior hace obstáculo
y qué se abre al porvenir, a lo nuevo. Allí donde el texto falla, ahí puede dar
uno un paso. Estamos conminados a hacerlo con cada paciente. No leemos al
Hombre de los Lobos o al Hombre de las Ratas para tratar a todos los hombres
como si fueran de las ratas o de los lobos. Por el contrario, sometemos a
presión al texto y a ese texto que es uno mismo para llevar esto un poco más
allá cada vez.
Entonces, las nociones de emergencia y procedencia permiten
separarse de la actitud religiosa de buscar un sentido y un orden en el
desarrollo de la disciplina. El tercer elemento que podemos tomar, Nietzsche la
llama “nuance” es una palabra francesa que significa claroscuro, matiz. Los
comentaristas de Nietzsche no saben muy bien dónde se ubica él. En un mismo
aforismo puede comenzar con una posición y diez líneas después terminar con la
posición opuesta. Esto no es casual, es una toma de posición en relación con el
saber, él trata de captar los “nuances”. Las diferentes posiciones que se
pueden asumir sobre un determinado tema, las múltiples perspectivas. No se
trata de agotar democráticamente las posiciones que pueden tenerse entre varios
y con las cuales construiríamos un consenso. Sino captarme en la división,
pudiendo tener diferentes perspectivas sobre un determinado tópico en un
momento determinado. Esto enriquece el trabajo, lo mejora. Puede tener efectos
en la escucha analítica. Poder captar los tonos, las tonalidades con las que
puede decirse algo en un momento determinado. Una ironía que el sujeto no
capta, y que es una “nuance” de lo que está diciendo o un chiste que más que un
chiste es un ataque feroz contra sí mismo.
La nuance puede
ser una escucha clínica de los efectos del texto cuando hacemos su lectura. Así
también se forma la escucha.
Entonces, cuando decimos a alguien “diga lo que se le
ocurra”, eso se inventó, emergió en algún momento, tiene una procedencia. Y eso
tendemos a olvidarlo, y eso constituye una hamartia,
un error trágico del psicoanalista. Por ese camino puede terminar creyendo que
lo que hace es una profesión o una vocación.
Exploraremos la emergencia de la universidad como
dispositivo, porque se fragua en la organización de modos de lectura. La idea
es que captemos allí las diferencias y las reemergencias de nuestros modos de
leer propios de la formación psicoanalítica.
La cuestión es captar cómo en la emergencia del discurso
universitario, hay un destello de lo que es la libertad de la palabra, a partir
de una radicalización de la práctica de la lectura.
Trabajos citados
FOCAULT, M.
(05 de 2018). Nietzsche, la genealogía, la historia. Obtenido de
pensament.cat:
http://www.pensament.cat/filoxarxa/filoxarxa/pdf/Michel%20Foucault%20-%20Nietzschegenealogiahistoria.pdf
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