(Comentario de “Solo vale la pena
sudar por los singular” de Lacan)
El síntoma nos dice que en algunos hablantes el real quiere hacerse ciudadano. Para ello no puede sino expresarse como un conflicto entre un existencial y un universal. No puede sino hacerlo así porque la lógica formal no soporta el singular, pero en el agujero que bordea la dialéctica del universal y el existencial encuentra su acomodo.
El singular está casi fuera de las palabras, el universal es inalcanzable, solo en el existencial del síntoma encontramos la vía regia del real. A falta de una notación en la lógica formal, el singular solo puede expresarse como un universal cuya extensión es uno solo, pero ese universal se escribe de manera diferente para cada sexo.