viernes, 15 de mayo de 2015

Un derecho al que no accedo





Despierto con una nueva sensación, estoy cumpliendo 60 años. Que lo que me apasiona está sin resolver me alienta a despertarme en esta mañana cumpleañera.

Ella está a mi lado. Cada cicatriz que el tiempo nos ha dejado en el cuerpo, pertenece a alguna herida que hemos sobrellevado juntos. El amor es el placer de resistir a la muerte.

Es día de San Isidro y va a llover, ha sido así siempre. Sobre el fondo del Ávila nublado veo el edificio de la Biblioteca Central, a la izquierda la cúpula de la iglesia San Pedro. Siempre me ha gustado la vista que tiene el cuarto.


¿Me saltaré la rutina de buscar en las redes sociales las noticias de la mañana? ¿Pondré hoy un alto a ese remanente de mi pasión por torturarme? Las noticias no son ni la sombra de lo que eran en aquel lejano 2015, cuando cumplía 40. Al derecho de estar aburrido nunca he podido acceder, pero por lo menos ahora está disponible.


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