domingo, 16 de agosto de 2015

Contra el lamento venezolano

Hace muy pocos días me vi involucrado en un intercambio poco amistoso con un conocido humorista gráfico venezolano por la red social Twitter. Él estaba molesto porque Nicolás Maduro estaba celebrando el cumpleaños de Fidel Castro en La Habana, y tuitió que “Solo un venezolano eunuco, ignorante, pendejo, permite que el supuesto presidente vaya a celebrar el cumple de Fidel con su pueblo hambriento”.

Le pregunté si él era venezolano y si se refería a sí mismo. Mi idea era subrayar que echarle la culpa a todo el mundo por las tropelías de esta gente, llamándonos a todos “eunucos, ignorantes, pendejos” es por lo menos una generalización inadecuada, pues ¿qué poder tengo yo, o él mismo, para detener en este momento los sinsentidos y despropósitos destructivos de la casta gobernante?

domingo, 2 de agosto de 2015

Saqueo

Tenía catorce años cuando esta maldita palabra hizo agujero. “Están saqueando en el Centro Comercial Miranda”, escuché. Más temprano, ese día habíamos ido al colegio con la advertencia de que iba a haber protestas por el aumento del pasaje. Un autobús quemado en el terminal y todo volvería a la normalidad, pensábamos. No pudimos atender a clases, los muchachos de los otros liceos habían ido a buscarnos para que nos incorporáramos a las protestas en la Avenida Intercomunal. Como la prometida autopista a Oriente llegaba hasta Guarenas, esa avenida era la única vía para comunicar a Guatire y Barlovento con la capital. Lo que había era una batalla campal con la policía metropolitana. Las monjas cerraron el colegio y bajo pena de expulsión, nos ordenaron meternos en los salones. La adrenalina y el miedo me recorrían el cuerpo, junto con el deseo de irme a la protesta. Me frustraba estar ahí encerrado en lugar de estar protestando, forjando el futuro, pero a mitad de mañana mi tía nos fue a buscar y me tuve que ir a la casa.

Un recuerdo confuso de estar corriendo por el centro comercial de la residencia y sentir las piedras pasando por encima de nuestras cabezas. Los estudiantes estaban desatados en las calles, corrían por todas partes, lanzaban piedras, gritaban. Nos fuimos con mi tía a su apartamento, desde allá arriba se podía ver todo el pueblo de Guarenas. En la terraza del último piso fue que escuché esa frase “Están saqueando en el Centro Comercial Miranda”. Saqueos había en el imperio romano, o en la guerra de independencia. ¿El 23 de enero había habido saqueos? No sabría decirlo.