sábado, 24 de enero de 2015

Introducción a "Sujeto, Capitalismo y Psicoanálisis" (2012)


Este libro es una síntesis entre la tesis que presentamos para obtener el doctorado en Ciencias Sociales y el trabajo que presentamos para ascender a la categoría de Agregado en la Universidad Central de Venezuela. Ambos formaron parte de un mismo esfuerzo en el marco de la Línea de Investigación Psicoanálisis y Ciencias Sociales en el mencionado doctorado.

Desde el inicio de nuestro recorrido por esta línea y dentro de las múltiples posibilidades que brinda, circunscribimos nuestros esfuerzos particulares en una serie de problemas que podrían catalogarse como epistemológicos. Más específicamente nos ha interesado investigar los efectos del desplazamiento de lo moderno a lo global durante el siglo XX y de los vínculos de la subversión del sujeto cartesiano operado por el descubrimiento freudiano del inconsciente con ese desplazamiento.


El acento en la epistemología está planteado de modo crítico, debido a que sostenemos que sin la experiencia psicoanalítica, y el discurso que le sirve como marco, sería imposible captar la radicalidad de la subversión del sujeto promovida por el descubrimiento del inconsciente. Es por ello que, ubicados en el punto de vista psicoanalítico, realizamos una relectura de algunos problemas epistemológicos, metodológicos y hasta ontológicos propios de las ciencias que tomaron como objeto al sujeto humano y a las formas de vínculo que le son privativas.

El desplazamiento de lo moderno a lo global, al cual hemos aludido, ha constituido uno de los grandes temas tanto para las ciencias sociales como para el psicoanálisis contemporáneo. Aunque el lenguaje para referirse a ello no ha sido uniforme, podemos rastrear esta temática como uno de los principales aspectos de lo que hemos denominado la historia aún en desarrollo de los encuentros y desencuentros entre el psicoanálisis y las ciencias sociales.

Esto nos ubica en la pregunta central de este trabajo: ¿Cuáles son las modificaciones de discurso que han resultado en los cambios acontecidos en el tránsito de la modernidad a lo global? El objetivo de este trabajo es distinguir claramente los fundamentos de esta gran transformación, como únicamente nos lo puede permitir el discurso analítico. Adicionalmente demostraremos que más allá de esta distinción podemos dar un paso adicional, en el sentido del entendimiento de las relaciones entre lo moderno y lo global como un continuo que se retroalimenta, ubicándonos así más allá de cierto estructuralismo basado en la oposición significante.

En este sentido una de las novedades que propone este trabajo para el campo de las Ciencias Sociales es la introducción de algunos elementos de topología para tratar las paradojas a las cuales nos ha conducido nuestro recorrido. Lo cual se traduce en un enriquecimiento de los modos de aproximación al problema de lo humano a partir del uso de modelos matemáticos que no son ni cuantitativos ni estructurales.

Mediante la introducción de modelos simples de la topología podemos representarnos lo que está en juego en una actualidad que no termina de ser global, pero que ya no es moderna. Adicionalmente, nos permitirá vislumbrar que lo que se presenta como inacabado por el lado de lo global o como no totalmente abolido por el lado de lo moderno, constituye un modo de funcionamiento particular de nuestra época. Es decir, que lo que aparece como disfuncionamiento es realmente y de pleno derecho una forma de funcionamiento.

Para llegar a ello, y una vez establecidas las coordenadas de nuestro método y de su soporte, partimos de la idea de que el desplazamiento de lo moderno a lo global puede reducirse a una serie de rasgos elementales susceptibles de ser ordenados en una matriz. Esta distinción se presenta como una síntesis de lo producido acumulativamente por nosotros hasta la redacción de este trabajo en el marco de la Línea de Investigación.

Esa matriz nos muestra que la clave para dilucidar lo que ha pasado se encuentra en la noción de sujeto tal y como aparece en el orden epistémico. Si bien habíamos podido construir una serie de oposiciones en diferentes órdenes, algo esencial se nos había escapado. En el orden epistémico, en el orden de la producción de saber propiamente dicha, no teníamos claro cómo se ha dado el desplazamiento, no habíamos podido escribir la oposición que nos permitiría la distinción anhelada entre el sujeto moderno y el sujeto global.

Es por ello que hace falta que el trabajo haga la pesquisa en dos momentos de la historia de la epistemología de los hitos de la transformación del sujeto epistémico. En primer término, la emergencia del discurso de la ciencia en el siglo XVII o momento cartesiano, el cual incluye la ampliación de esta empresa científica a las realidades del vínculo social en el siglo XIX. En segundo término encontraremos uno de los puntos críticos de la epistemología del siglo XX, los postulados del positivismo lógico o momento propiamente postmoderno y la emergencia en las ciencias sociales de la disciplina del estudio de las relaciones internacionales.

Seguiremos exhaustivamente y a la letra los textos que hemos seleccionado de cada uno de ellos no tanto para extraer el sentido que nos puedan evocar, como para extraer el sistema de las oposiciones fundamentales que nos permita distinguir al sujeto epistémico moderno del global y mostrar que esa es una oposición efectiva para aclarar cómo se produce el discurso contemporáneo.

Podríamos decir que estos momentos constituyeron dos modos de “cifrar” la transformación y que al escribirlos lógicamente los “descifraremos”. Desde este punto de vista el resultado del segundo capítulo será la escritura del momento cartesiano y del momento postmoderno, del cual el positivismo lógico es un representante. Estos “rasgos distintivos” a los cuales hemos estado aludiendo corresponden con el esfuerzo del aislamiento de una nueva entidad que aparece en el universo del saber a partir de la invención freudiana del psicoanálisis y que hemos denominado, siguiendo a Lacan, la letra freudiana. Ésta letra freudiana es el elemento constitutivo tanto del inconsciente como del vínculo social, y es el soporte material de nuestro método, la distinción.

La operación epistémica de la distinción sostenida en esta noción de letra derivada del discurso psicoanalítico, encuentra un límite. Este límite está circunscrito por una clase particular de objeto que también se deriva del mencionado discurso. Si bien la distinción como operación epistémica propia del discurso psicoanalítico, entra en serie con las dos estrategias preponderantes en las ciencias sociales, esto es la explicación y la comprensión, ese objeto particular no lo hace. Ahí es donde se nos hace necesario dar un salto al más allá de la distinción. Es menester que habiendo llegado al límite de la distinción propuesta, demos una vuelta más con la finalidad de tratar de bordear este objeto que Lacan ha denominado con la letra “a”, límite del saber y por lo tanto opaco a él, pero motor que lo empuja a desenvolverse, a reproducirse, a constituirse y reconstituirse.

La subversión freudiana del sujeto moderno, la relocalización epistémica del centro en la letra freudiana mediante el descubrimiento del inconsciente y la aparición del nuevo objeto a – en pocas palabras, la emergencia del discurso psicoanalítico – forman parte de los prolegómenos de una modificación radical de los modos de vida y organización propios de las sociedades modernas. Constituyen asimismo una respuesta de resistencia anticipada al tipo de relación con el saber que sostiene al sujeto postmoderno o global.

Durante el siglo XX las organizaciones políticas, económicas y sociales continuaron la incesante transformación que se había iniciado con el ascenso del capitalismo y de los modos de vida burgueses, hasta que en un momento determinado entre el comienzo de la utilización del petróleo como fuente de energía a escala masiva a comienzos del siglo XX y el amplio fenómeno cultural denominado “mayo del ‘68”, esta transformación dio como resultado un movimiento en el cual la modernidad y los modos de organización burgueses ya no se reconocerían del todo. Esta transformación nos ha dado un nuevo mundo en el que por primera vez nos reconocemos formando parte de una humanidad, no ya desde un punto de vista puramente abstracto, sino en vínculos concretos que se reproducen en una nueva escala que trasciende la del mercado mundial.

Al distinguir las diferentes posiciones que toma el sujeto en los modelos del vínculo social que Lacan llama “discursos” podemos escribir esta operación de transformación, comparando los modos mediante los cuales los diferentes elementos de los discursos rotan y permutan, en un orden preciso, por los diferentes lugares de los modelos. No obstante, no podemos entender esta mutación del discurso sin una noción de acto porque los discursos que propone Lacan no son estructuras vacías, o formas puras, sino modos de tramitar la satisfacción de un sujeto.

Esta ordenación del campo implica poner en su lugar varias cosas. Entre ellas, que un posible vínculo entre el psicoanálisis y las ciencias sociales no podría llamarse ni “inter”, ni “multi”, ni “transdisciplinario”. Si podemos categorizarlo de alguna manera sería como “interdiscursivo” o “interexperiencial”. Además, para poder hacer esta vinculación interdiscursiva o interexperiencial, debemos introducir el problema del sujeto de la ciencia, convirtiendo este trabajo en el resultado de una exploración epistemológica.

Experiencia y discurso, junto con acto y acontecimiento son conceptos fundamentales de nuestra exploración, la cual catalogaremos como de epistémica y ética. Epistémica, pues se trata de una contribución a la reflexión sobre las condiciones de posibilidad de la construcción del saber en la contemporaneidad. Ética, pues todo lo que toca el psicoanálisis, y esta es una investigación orientada por el discurso psicoanalítico, queda interrogado en las modalidades de satisfacción que produce. La noción que hace de puente entre la perspectiva ética y la epistémica es, de nuevo, el sujeto. Por eso la primera parte del trabajo está dedicada a construir estos conceptos fundamentales y a acercarnos a la metodología que se desprende de esta construcción.

En el primer capítulo, titulado “Al abordaje de lo distinto”, establecemos las coordenadas necesarias para el inicio del trabajo. En primer lugar el soporte epistemológico, metodológico y conceptual. En el segundo capítulo ubicaremos tanto a la episteme moderna como al psicoanálisis en el campo más general de las experiencias y discursos que pueden colegirse con los matemas de los discursos.

En el tercer capítulo, nos apoyamos en una matriz para avanzar en la demostración de uno de los presupuestos más importantes del trabajo: que si bien es importante ubicar la diferencia entre lo moderno y lo global en los órdenes de realidad en donde estamos habituados a buscarlos, la clave de la lectura de esta diferencia debemos ubicarla en el orden epistémico pues la clave de la mutación del discurso del amo moderno a las formas de organización propiamente globales, está en la posición que asume el sujeto en el discurso. Por eso es aquí donde distinguimos los dos momentos de la relación del sujeto con el saber: el cartesiano con su extensión sociológica y el postmoderno. Para ello no podemos quedarnos en el orden de los esquemas, de la distinción significante, de la demostración. Debemos avanzar en el sentido de una modelación diferente que permita una “mostración” de ciertos espacios transfenoménicos que se escapan a nuestra intuición, pero a los cuales podemos aproximarnos a partir de llevar al límite el proceso de la distinción.

La aparición del objeto a en la lógica de los discursos de Lacan nos da una pista de que esto es posible. Pero, más aún, el carácter pionero de la introducción lacaniana de modelos extraídos de la topología para mostrar detalles de los vínculos sociales que de otra manera serían imperceptibles, abre el camino a nuestra empresa: habiendo llevado la distinción entre lo moderno y lo global lo más lejos posible, podemos ir más allá en la elaboración acerca de sus modos de relación, solapamiento, entrecruzamiento o subordinación.

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