lunes, 17 de noviembre de 2014

Programa de la I Jornada de Carteles de la NEL-Caracas


Si formas parte o has formado parte de un cartel recientemente es muy probable que así sea y merece ser puesto en el lugar que le corresponde. Como Más Uno o como cartelizante; seas miembro, asociado o participante, la experiencia del cartel tiende a dejar una huella exclusiva del encuentro con el texto y con la práctica del psicoanálisis en el camino de la propia formación. Lo que así ha caído está separado del saber y no porque nada se sepa, pues es evidente que dicha experiencia produce un avance en el manejo de la teoría.

Se esperan trabajos que independientemente de los múltiples sujetos elegidos entre los variados objetos de cartel testimonien del agujero que se abre cuando al caer la huella se produce un decir con menos garantías, que muestren la concomitancia entre ese acontecimiento y el cambio de la propia relación con el saber que deja como saldo que el decir comporte un riesgo.

sábado, 8 de noviembre de 2014

La acción lacaniana en la universidad

Texto publicado originalmente en la Revista The Wannabe N° 11 de la Nueva Escuela Lacaniana

Carlos Márquez

A veces, los psicoanalistas anidamos en la universidad. ¿Cómo se puede resistir el rito, el estándar, los manuales de normas, los programas, cosas tan alejadas e incluso contradictorias con la formación analítica que dispensa la orientación lacaniana? Encontrar a un sujeto entre las quejas y la afición al saber que cunden entre los miembros de esa comunidad puede ser un hobby, una "distracción poderosa" de esas a las que Freud daba el valor de combatir el malestar en la cultura. ¿Pero esto es suficiente hoy?

Añadamos la viralización del discurso universitario más allá de los claustros. Podemos verla detrás de las estrategias de control de diferente textura que se extienden por las sociedades avanzadas, como la evaluación, pero que toma fuerza con nuevas formas de autoritarismo, con una burocracia sabelotodo que ocupa cada vez más espacio en nuestros países latinoamericanos. Hay que recordar que Lacan le adjudica a lo que sucedía en la Unión Soviética la forma de este discurso. Esa forma de capitalismo burocrático, donde cualquiera que apriete el tornillo del control y el despotismo puede quitarse la culpa por lo que hace simplemente con acudir a un bien superior sabido por "el partido", "el líder" o cualquier otra entidad abstracta. Porque eso no es propiamente el discurso del amo. El cuarto de vuelta que hace posible al discurso universitario requiere de un amo muerto en el lugar de la verdad, el "autor", sobre el que se sostiene toda la red de un saber que se lanza sobre lo vivo para domesticarlo.