martes, 21 de enero de 2014

Gerardo Réquiz: Un Real para la mujer


Gerardo Réquiz
La pregunta de Freud sobre la mujer no es exactamente la de Lacan.

Freud la enuncia como un deseo: Qué quiere una mujer. A pesar de que la mantiene dentro de la dimensión significante, sin embargo percibimos que apunta a un más allá. Sabemos que Lacan se apoya en ese enunciado freudiano y propone una hipótesis súbita y sorprendente en el Seminario Aún para ubicar la feminidad a partir de un real inconmensurable. De allí el impacto que produce la lectura del seminario.

Se capta, entonces, que la tachadura sobre el La de mujer en el álgebra lacaniana, no solo señala la inexistencia de la mujer toda, sino una división entre el sujeto del significante y lo que queda fuera como goce propiamente femenino. Y nos indica con ello que algo permanecerá no analizable en la mujer.

El goce femenino, situado justamente en el borde de la histeria, se manifiesta a veces como despersonalización. Es un dato clínico que se reporta como vivencia fuera del cuerpo, con efectos de desorientación porque excede y conmueve las referencias que lo fálico provee para orientarse en el propio cuerpo.

Lacan se vale de los testimonios de místicos cristianos para mostrar esta suerte de despersonalización atada a ese real que hay que poder leer en la clínica para distinguirlo de otros fenómenos disociativos asociados al goce pulsional. O presente también en ciertas actuaciones homosexuales de algunas mujeres como vía para indagar sobre el enigma de la feminidad.

Texto aparecido en Unreal. Boletín de la NEL hacia el IX Congreso de la AMP. Nº 9. 14 de enero de 2014

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